Comentario
De las guerras civiles que hubo entre los chichimecas y otras que sucedieron en el discurso del imperio de Quinatzin
Si Tlotzin tuvo muy particular cuidado de que se cultivase la tierra, fue con más ventajas el que tuvo Quinatzin en tiempo de su imperio, compeliendo a los chichimecas no tan solamente a ello, sino a que poblasen y edificasen ciudades y lugares, sacándolos de su rústica y silvestre vivienda, siguiendo el orden y estilo de los tultecas, por cuya causa muchos de los chichimecas se alteraron, los que hallando de su opinión y parte, de cinco hijos que el rey tenía, los cuatro mayores (cuyos nombres están atrás referidos) y con ellos otros caballeros y gente principal, se levantaron y los primeros que este desacato cometieron, fueron los que estaban poblados en Poyauhtlan, que quemaron muchas labranzas y luego se confederaron con el tirano Yacánex arriba referido, que había estado recluso con otros bandoleros en las tierras septentrionales: y asimismo hicieron levantar a los de la provincia de Metztitlan, Tototépec y Tepepolco y otros lugares de menos cuenta. Los cuales habiendo juntado un grueso ejército, sin poderlo estorbar Quinatzin, se vinieron sobre la ciudad de Tetzcuco y la sitiaron por cuatro partes, que fue en Chiuhnauhtlan y en Zoltépec y por la sierra de Tetzcuco. Quinatzin con toda la mayor prisa que pudo juntó sus gentes y las repartió en otros cuatro escuadrones, haciendo capitanes de ellos a Tochintecuhtli que envió contra Yacánex, que tenía su campo alojado en Chiuhnauhtlan; el otro escuadrón dio a su hermano Nopaltzin Cuetlachihuitzin para que fuese sobre Zoltépec, en donde estaba alojado Ocotoch, el otro tirano, con parte de los de la provincia de Meztitlan y Tototépec; a Huetzin, señor de Coatlichan, que fuese con el otro escuadrón al puesto de Patlachiuhcan, en donde estaban alojados los más principales del ejército de los de la provincia de Tototépec y Metztitlan y el otro escuadrón se tomó para sí Quinatzin y se fue a la sierra y parte que llaman Quauhximalco, en donde estaba alojada parte de los de la provincia de Metztitlan y parte de Tototépec y en su compañía Zacatitechcochi con los de Tepepolco, cuyo gobernador era. Y todos a un tiempo comenzaron la batalla y aunque hicieron todo lo posible los tiranos por salir con su intento, fueron vencidos y desbaratados, matando Quinatzin y los de su ejército gran parte de ellos y los demás se fueron huyendo y retirando hasta llegar Quinatzin a las últimas tierras de la provincia de Tepepolco, a una sierra que se dice Teapazco. La misma victoria tuvieron Huetzin, Nopaltzin y Tochintecuhtli, matando por su persona Tochintecuhtli al tirano antiguo Yacánex y Nopaltzin a Accotochtli, aunque fue desgraciado en esta batalla, porque yendo siguiendo a sus enemigos y embebecido con la victoria, le salieron a través los de la provincia de Tolantzinco que estaban en una celada, lo prendieron y mataron, sin que los suyos fuesen poderosos a defenderle. Y habiéndose juntado todos los escuadrones, envió Quinatzin a castigar las provincias rebeladas, que fueron las referidas, las cuales se rindieron y dieron a merced al emperador. Los chichimecas que fueron huyendo y se escaparon Ye las manos de Quinatzin a la tierra septentrional, se quedaron en ella hechos bandoleros sin reconocer a rey ni señor, como lo están hasta el día de hoy. Y todos los que fueron presos, especialmente los hijos de Quinatzin y otros caballeros con los de Apoyauhtlan, fueron enviados y desterrados a la provincia de Tlaxcalan y a la de Huexotzinco, para que los tuviesen debajo de su dominio los señores de allí, que eran hermanos de Quinatzin; y aunque iban desterrados por modo de castigo, fueron muy bien recibidos de sus tíos y vinieron a ser señores de aquellas provincias y de ellos descienden y proceden los que de allí fueron después. En este mismo tiempo entró en la sucesión de los culhuas Cóxcox por muerte de Calcozametzin rey que había sido, como está referido: tuvo guerras con los mexicanos sobre lo pasado y sobre los términos de sus tierras; asimismo socorrió al sumo sacerdote de la ciudad de Chololan llamado Itzacima, como persona a quien competía su amparo, pues le hacían guerra los de Quecholanchalchiuhapan y otros chichimecas que por allí estaban poblados: socorrióle con la gente que pudo y con la que le dio Quinatzin, echando de toda aquella tierra a los chichimecas que ofendían al sumo sacerdote y a los chololtecas.